viernes, 28 de mayo de 2010

Como canica

Últimamente la nostalgia nos inunda, todos los días llegan correos electrónicos recordándonos aquéllas épocas, la moda retro es lo de hoy, la música de entonces sigue sonando y las series y programas aún tienen éxito.

No sé si los niños de antes -qué raro suena eso- teníamos más imaginación o menos recursos o, simplemente, como solemos decir para evitar polémicas, "eran otros tiempos". Los juegos que jugábamos no tienen nada qué ver con los juegos que entretienen a nuestros hijos.

Las canicas, por ejemplo, son un juego que dudo mucho pueda entretener a los niños de hoy. ¡Y a nosotros nos hipnotizaban con ellas! Pasar toda la tarde tirado en el suelo -en la tierra, de preferencia- era un verdadero festín. Esas cuentitas de vidrio tenían un poder superior al de cualquier grito de una mamá desesperada por mandar a su hijo a las tortillas.

Las canicas, por supuesto, tenían su lenguaje, sus códigos. A ver a qué viene a su mente con palabras como: "altas", "ahogado", "cascar", "limpias", "mano negra", "movidas pelas", "pelas", "pinta tu raya", "safín zafado siempre es perdonado", "tirar de uñita o de huesito", "tiro o tirito", "chiras pelas", "cortadas pelas", "atrás de tu raya", "tener las vidas", "ahogado mueres", "muerto revive", "engüis o enchus" y muchas otras que enriquecían tan hermoso juego…

La verdad que extraño las canicas. Y también extraño el bote pateado, las coleadas, los quemados, el yoyo, el trompo, el burro tamalado, el burro 16, los hoyos y tantos otros juegos que ayudaron a que mi infancia fuera sumamente feliz.

¿Y tú qué extrañas de ese tiempo?

P.D. Yo sé que la abejita de la ilustración es demasiado, pero recuerden que estamos hablando de niños.

3 comentarios:

  1. Mi infancia la recuerdo por temporadas. La temporada de las canicas era cuando todos, en la calle y en la escuela, jugabamos canicas. Y siempre había una favorita, aquella canica "especial" que nos hacía infalibles.
    Después cambiábamos de temporada. Todos con un yoyo (Duncan por supuesto), todos jugando trompo, todos jugando meta, etc.
    Esos tiempos han quedado grabados por siempre en mi memoria.
    Gracias por hacernos recordar.

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  2. Me parece increíble pensar que esos juegos ya no estén vigentes, de hecho deberíamos darnos una vuelta por alguna escuela primaria (por ejemplo donde yo estudié) para ver que hacen los niños a la hora del recreo. En lo personal creo que coincido con la mayoría de los juegos que mencionas y estoy de acuerdo que cada época tiene sus propias caractarísticas y lo que hoy vivimos mañana parecerá obsoleto. Una buena reflexión mi querido Charly, ahora que eres padre está en tus manos transmitir esas experiencias, no para imponer, simplemente para preservar. Serginho.

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  3. PICHICUAS Y CUPERTINO, NOMAS!!!!

    AJUA!!!!

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